El muerto viviente

Buenas tardes y Bienvenidos:

Como no hay palo que no queramos tocar, hoy nos vamos al mundo ahora tan conocido y famoso de los "muertos vivientes". Y sí, he procurado decir muertos vivientes (no zombies) porque la historia que ahora os traigo va de eso precisamente de muertos vivientes.

Primero intentaremos definir las coordenadas en las que nos vamos a mover. Comencemos por hablar de algo que se sabe desde hace mucho tiempo, que ha tenido diversos nombres, pero que hoy denominaremos "neurosis de guerra"

La neurosis de Guerra:


El concepto de neurosis de guerra o fatiga de combate nace por primera vez a principios del siglo XX, con la Gran Guerra. También denominado en algunas ocasiones fatiga de guerra, ahora sería denominado como síndrome de estrés post-traumático. Descrita por primera vez como consecuencia de los brutales bombardeos en la guerra de trinchera. Si tenéis fuerza de ánimo os pongo aquí un vídeo para que veáis los efectos de la misma:

Una vez descrito nuestro panorama, os paso a presentar como siempre, los actores de nuestra historia:

Los Protagonistas:

Felipe Trigo:


Felipe Trigo y Sánchez de Mora nació en Villanueva de la Serena en 1864 y fallece en 1916. Inicialmente estudió medicina, y llegó a ser médico militar (clave en nuestra historia). Pero por lo que alcanzó la gloria fue como novelista. Uno de sus mayores "best sellers" fue "las Ingenuas", donde relata su historia dramática en Filipinas.

Quizás lo que más llama la atención es la manera en que murió. Felipe Trigo de suicidó, despidiéndose de su familia de una manera muy lacónica. Todos asumieron que su suicidio de debió a una enfermedad grave, aunque otros asumen que se debió a la certeza de padecer algún tipo de enfermedad mental.


Mario Roso de Luna:

Conocido como El mago rojo de Logrosán, astrónomo y escritor, se definía a sí mismo como teósofo y ateneísta.

En sus libros, aplicó Roso la doctrina teosófica a múltiples campos, como la musicología, los mitos precolombinos y el folklore español. Tradujo al castellano las obras de Blavastky y produjo una larga serie de libros propios, agrupados en la llamada Biblioteca de las Maravillas. Colaboró también en la recogida de romances y tradiciones extremeñas.

También fundó la revista teosófica Hesperia, editada en Madrid de 1921 a 1925.


El Caso:

Corría el año 1919, 3 años posteriores a la muerte de Trigo, cuando en la revista popular ilustrada NUEVO MUNDO, en una de sus páginas, exactamente la número 16, y debajo de una foto de un mitin de ferroviarios, se comentaba por parte  del periodista y poeta Emilio Carrere la opinión que D. Mario Roso tenía del fin de Felipe Trigo.

Básicamente venía a decir que Felipe Trigo no habría muerto suicidado. Afirmaba que Felipe Trigo habría muerto en la refriega que tuvo en la guerra de Filipinas, y que éste fue "resucitado" por unos seres que denominó "elementales", para que pudiera escribir su obra,y que una vez que acabó con ésta, esos mismos "elementales" le ordenaron suicidarse.

Es interesante pensar en la idea de que quizás los Tagalos que intentaron acabar a machetazos con Felipe Trigo, dejándole incluso una mano inútil, tenían dentro de su panteón de dioses al espíritu maligno Vetala: dentro de la mitología hindú se meten en cadáveres y los convierten en no muertos, de tal manera que saben lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá.

Podríamos pensar que quizás fuera cierto lo que preconizaba D. Mario Roso, pero si bien en el fondo, quizás no en la forma y ahora es cuando yo lanzo mi teoría.

Mi Hipótesis:

Si bien como decíamos en un principio, el cuadro de neurosis de guerra no se describe como tal hasta la Gran Guerra, pienso que quizás D. Felipe Trigo, siendo víctima de los horrores de la guerra vivida, desarrolló el mismo trauma del cual se evadía escribiendo.

Pero una vez que su inspiración fue cesando, los efectos de dicho síndrome junto con la ausencia de tratamiento para entonces una enfermedad desconocida lo precipitaron a su fatal destino.

Podemos decir que efectivamente Felipe Trigo era un muerto en vida, pero no por extrañas artes, si no porque la guerra acabó con la humanidad, o si queréis expresarlo de otra manera, el alma que tenía dentro.

Al fin y al cabo, lo que nos hace humano es esa chispa que nos hace tener cierta preocupación ética. Si esta se muere, si se marchita, ¿no es cierto que estamos más muertos que vivos?

Recuerdo haber visto una película que apareció en mi mente cuando leí esta historia: os dejo la escena final, se llama "La escalera de Jacob":



Gracias por vuestra paciencia y disculpad los errores: os dejo el enlace al artículo. Como siempre, mañana más y no sé si mejor:

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001761822&page=16&search=%22voces+de+ultratumba%22&lang=es


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