Hablando con y de los muertos

 Buenas tardes:


Desde siempre ha sido un anhelo de los vivos seguir en contacto con las personas que nos han dejado. Desde la antigüedad este papel de transmisor era llevado por personas que estaban dotadas de alguna sensibilidad especial, siendo su máxima expresión el crecimiento exponencial que sufrió el espiritismo con la aparición de múltiples mediums en la segunda mitad del siglo XIX.

Tras la denominada Gran Guerra (Primera Guerra Mundial) y debido a la alta mortalidad que se dio, se intensificó la necesidad de los supervivientes de contactar con sus seres queridos fallecidos. Esto produjo un verdadero fenómeno explosivo del espiritismo con la creación incluso de múltiples institutos que investigaban sobre este asunto. Pero de nuevo, siempre se basa en la presencia de un "sensitivo" que es la persona capaz de establecer el puente entre el mundo de los vivos y de los "desencarnados".

Pero el nuevo siglo (XX) trajo consigo un aumento de la necesidad del "hágalo usted mismo", implantando una nueva manera de "democracia del más allá". En este sentido comienza con la aparición de la tabla Ouija: ahora ya no era preciso la intervención de una persona específicamente designada como medium, sino que cualquiera que adquiriera el inicialmente denominado "juguete" podía tener contacto con el más allá.

Sin embargo, no era bastante ese tipo de comunicación y todos esperaban un contacto más estrecho: y es en este punto donde aparece nuestro sonriente amigo de la foto de la izquierda, el padre Marcello Pellegrino Ernetti. En la década de los años 50 refirió haber inventado un aparato al que llamó Cronovisor que le permitía captar imágenes del pasado. Aunque afirmaba que este descubrimiento era conocido por el entonces papa Pío XII y su curia, a la muerte de Ernetti ocurrida en 1994 todo el asunto seguía siendo un misterio.

Lo que sí parece claro después de los estudios de la Dra. Katherine Owen Eldred, era que las imágenes que supuestamente obtuvo eran fraudulentas.


Planos del supuesto Cronovisor.

Pero no es hasta el famoso caso del pintor y documentalista Friedrich Jürgenson cuando se produce lo que podemos denominar como el "año cero" de la transcomunicación instrumental, con la aparición de las EVP o fenómenos de voces electrónicas, lo que se conoce como psicofonías.

Hasta ahora, ésta es la cronología más o menos oficial del registro de las voces del más allá, pero ¿realmente fue asi?, pues quizás podamos arrojar un poco de luz sobre este asunto.

Investigando sobre este tema, empezamos por encontrarnos con una noticia que aparece en el diario "El Heraldo de Madrid" , en su apartado "Por el mundo del misterio", el 13 de febrero de 1923, unos 27 años antes de la invención del famoso cronovisor.

En este artículo nos desgrana como un joven llamado Williams B. Melton, mientras servía en la Gran Guerra en el Cuerpo de señales del ejército americano en Francia, comenta que a veces "obtenía señales ininteligibles por los receptores del teléfono inalámbrico. Cuando regresó a su país comprobó que a través de sus familiares una antigua novia fallecida. En principio no les hizo demasiado caso, pero entonces le pidió al espíritu que se manifestara a través del alfabeto morse que ambos conocían y eso fue lo que obtuvo.
Y justo después, nuestro amigo construyó lo que podríamos denominar como la primera máquina de transcomunicación instrumental: cogió un tubo de aluminio de 23 pulgadas (60 cms aprox.) con un diámetro que iba aumentando de  un extremo a otro, de 3 a 8 pulgadas. Según comentaba, el espíritu hacía vibrar el aire mezclado con el famoso "ectoplasma" generado por el medium. En el extremo más ancho se colocaba un receptor telefónico que se conectaba a 4 amplificadores, de tal manera que con un transductor estas oscilaciones se transformaban en palabras.

Pero si pensábais que esto quedaba así, siento comunicaros que no. Durante 1930, para ser exactos en el día de Navidad, aparece la siguiente noticia en la pagina 7 del mismo periódico:



En este caso, de la mano de A. Rutot, presidente del Consejo de Investigaciones Metapsíquicas y miembro de la Real Academia de Bélgica, nos describe otro aparato con la misma utilidad. En este caso, es el propio espíritu desencarnado (llamado Henri V. de M.) el que va indicando cómo debe construirse dicho aparato (de la misma manera que el famoso grupo de Mónaco mucho más tarde): su ingenio era un timbre eléctrico, corriente, activado por un mecanismo simple y original compuesto por dos pilas comerciales y un timbre eléctrico adosado a las pilas.Algo separado de éstas, dos prismas de vidrio colocados verticalmente, unos hilos de aluminio  y un triángulo de hilo de hierro delgado como conmutador.
En el artículo se comenta que son los espíritus los que hacen sonar el timbre cuando quieren comunicarse con los vivos.

Por lo tanto, quizás habría que volver a escribir la historia de la transcomunicación instrumental, porque como hemos visto, más de 20 años antes de su inicio oficioso con el cronovisor, existían artilugios que podían llegar a servir de nexo de unión entre un mundo y otro. Esperemos que algún valiente se atreva y termine por volver a construir dichos aparatos.

Aquí tenéis los enlaces a los artículos en cuestión: y como dice el dicho, mañana más pero no sé si mejor.





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