El Fantasma robinson
Buenos días:
Después de un tiempo sin publicar ninguna entrada, me permito volver "al ruedo" ante uno de esos casos que se encuadran dentro de lo que podríamos denominar "Alma en Pena".
Pero empecemos primero por describir el lugar: La Isla del Sable.
La isla del Sable:
Situada en el Atlántico norte, cerca de Halifax en Canadá, es en sí misma un prodigio de la naturaleza: una de sus características es que siempre está en movimiento.
Actualmente el extremo occidental de la isla es arrastrado constantemente por poderosas olas. Por esta razón, la mayor parte de la isla debería haber desaparecido, pero esta isla llena de sorpresas no sólo no ha desaparecido, si no que también se mueve en el océano de tal manera que es imposible entender dónde y cómo se mueve la arena para recuperar su superficie.
Incluso, la isla se desplaza en el océano 200 metros al año, aumentando así la extrañeza de dicho proceso.
A lo largo de la historia en esta extraña isla se han producido más de 350 naufragios, por lo que muchos consideran que esta isla está maldita. Pero quizás no sea ésta la única razón por la que está maldita, y es ahora cuando comienza lo verdaderamente extraño. Pero como siempre, antes un poco de historia.
Frank Worsley:
Frank Worsley (1872-1943) fue un experimentado marino, instructor y explorador neozelandés, que jugó un papel muy importante en la frustrada expedición a la Antártida organizada por Ernst Shackleton entre 1914-1916.
Pero en este caso no vamos a hablar de su hazaña por cierto atribuida injustamente a Shackleton. Nuestro hombre colaboraba haciendo artículos sobre extraños sucesos en el mar, y en uno de ellos hablaba precisamente de esta isla, de la Isla del Sable.
Diario de la Marina, 3 de Julio de 1932:
En su página 20, esta publicación publicaba una de las colaboraciones de nuestro héroe, hablando de un extraño suceso que tuvo por protagonistas a otro marino, el capitán Torrens, que fue enviado a la isla tras el desgraciado naufragio del "Princess Amelia" en 1801.
Tal como se comenta en el artículo, el barco llevaba más de 200 personas, entre ellas oficiales y soldados. Se sospechaba que los raqueros (gentes que se dedicaban a recoger los restos de los naufragios) provocaban los naufragios. Es por eso que Torrens fue a la zona, donde pudo salvar a algunos náufragos. Luego se dirigió hacia uno de los extremos de la isla, donde encontró una choza que había sido construida por las autoridades en vista a los numerosos naufragios de la zona.
Pero lo extraño es que esa noche pudo vislumbrar una figura femenina, a la que le faltaba un dedo por cuya herida sangraba: pensando que se trataba de otra superviviente, intentó auxiliarla pero la figura se perdió en la noche.
Tras lo que tuvo que ser una espera larga, a la siguiente noche, volvió a aparecer la figura, que Torrens identificó como la señora Copeland, y le inquirió sobre si el dedo arrancado era porque le habían quitado una sortija. La figura asintió y se volvió a perder en la noche, dejando a nuestro Torrens decidido a recuperar dicha sortija.
No voy a contaros toda la historia porque pienso que es mejor que vosotros mismos la leáis, pero lo que puedo decir es que os he reservado lo mejor.
Como siempre la fuente de este relato: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1000368465&posicion=20&presentacion=pagina
Y para despedirme, mañana más y mejor.
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