El perro negro de Felipe II...y el perrito blanco de los Pell

 


Buenos días:

Hoy creo que vamos a pasar algo de miedo, porque la historia lo merece: me sorprendió encontrar esta noticia que da paso a un caso que me parece de lo más espectacular que haya leído, y la verdad es que no lo conocía: quizás vosotros sí lo conozcáis, pero voy a intentar contar todo lo que he podido descubrir. Lo único que sé es que tiene algo en común con un episodio muy conocido de nuestra historia, así que vamos allá.

La leyenda del perro negro del Escorial:
Según la leyenda, durante la fase de construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial (a la izquierda) en la época de Felipe II durante el siglo XVI, apareció un perro negro misterioso que aterrorizaba a los obreros. Algunas personas aseguraban que veían al perro negro con ojos rojos que corría y aullaba entre las obras y los andamios. Se pensaba que dicho perro protegía al monasterio, pues desde siempre se ha pensado que El Escorial era una de las famosas puertas al infierno que se encuentran esparcidas por el mundo. Pero no vamos a hablar de este perro, y de su aparición en los días finales del monarca Felipe II. Vamos a ser mucho más modestos, y vamos a hablar de la familia Pell.

La familia Pell:

Nos trasladamos a la ciudad de Birmingham, en el Reino Unido, alrededor de 1955. Frank Pell, su esposa y su familia compuesta por cinco hijos pequeños, habían conseguido el sueño de toda familia humilde: habían conseguido alquilar una vivienda unifamiliar municipal, para poder vivir de manera digna en dicha ciudad. La vivienda se encontraba en el número 32 de la calle Coxwell, y comparada con su domicilio anterior (un piso en una finca en ruinas) era un verdadero palacio.

El "Incidente":

Ya desde la primera noche en la que la familia pernoctó en la nueva casa empezaron a ocurrir fenómenos "extraños":
  • Puertas que se abrían y se cerraban solas
  • Golpes en el techo
  • Olores extraños, que iban desde olor a ajo hasta olor a caucho quemado.
De todas maneras, el Sr. Pell había sido paracaidista en la Segunda Guerra Mundial, y no era un hombre fácilmente impresionable, así que hicieron de tripas corazón y siguieron en su nuevo domicilio.

Sin embargo, la tragedia alcanzó a la familia 3 semanas después de haberse mudado a la casa. El benjamín de la familia, de apenas un mes de vida, amaneció muerto en su cuna.

Desde la muerte del niño, los fenómenos extraños fueron aumentando, con ruidos de mayor volumen, con ascensos y descensos de temperatura inexplicables en la casa. Incluso se llegaban a escuchar a veces "conversaciones en voz baja" en la casa.

Pero lo más espeluznante viene a continuación. El hijo de 4 años de la familia, que se llamaba Alan le pregunta a su padre "inocentemente", si su hermano no se habrá ido con el perrito blanco.

Frank le dijo a su hijo de qué perro hablaba, y el testimonio del hijo les heló la sangre: "...un perrito blanco que viene y se siente en mi cama a veces. La noche que mi hermanito se murió estaba sentado en su cara...".

Ante la declaración del niño, Frank Pell se puso en contacto primero con la policía, que buscó afanosamente en la vivienda y alrededores al perrito blanco que no encontró. Posteriormente contactan con el Padre Etherington, que realizó un exorcismo en la casa. Tanto la policía como el padre Etherington oyeron susurros y golpes dentro de la casa y les comentaron a los Pell que abandonaran la casa, pero éstos se negaron.

El suceso final:

Sin embargo, dos semanas más tardes, mientras que Frank se afeitaba por la mañana, oyó un extraño susurro justo detrás de él. Sabía que las únicas personas en la casa eran su esposa y él mismo, por lo que sabía que era otra "persona" la que estaba haciendo ese ruido. Cuando llegó a la escalera interior, vio a su mujer en la parte superior intentando gritar pero sin producir ningún sonido.

Al intentar subir la escalera fue detenido en seco  por una "barrera invisible" que lo separaba de su esposa. Con todas sus fuerzas pudo acercarse a su mujer rompiendo dicho "muro", oyendo entonces los gritos de su esposa, que le dijo que también había oído los extraños susurros.

Tras esto, los Pell abandonaron la casa, y no quisieron volver: la sobrina de Frank y su novio, que habían ido a recoger los enseres de la familia también llegaron a oir los ruidos en la casa. El ayuntamiento de Birmingham envió a los técnicos a la casa para que investigaran el suceso pero no encontraron nada raro.

Conclusión:

Los Pell nunca volvieron a la casa, de hecho la casa se derribó y se construyó una nueva urbanización llamada Coxwell Gardens (a la izquierda, foto actual).

Pero para terminar de rizar el rizo, una vez que todo hubo pasado, la señora Pell comentó que mientras estaba limpiando la buhardilla de la casa, entre los trastos antiguos, encontró un recorte de periódico fechado el 12 de Julio de 1917, donde sólo se leía "Ten cuidado y vigila a tus hijos..."

Espero que os haya gustado la historia y os dejo la bibliografía: mañana más y creo que mejor.






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