Abandonad toda esperanza...

 Abandonad toda esperanza...



Si alguno ha leído la Divina Comedia de Dante, estoy seguro que habrá reconocido la frase: pero si no lo ha hecho, según esta obra maestra de la literatura, es lo que está escrito encima de la puerta del infierno: “Abandonad toda esperanza, quienes aquí entráis”. Una frase muy intensa y que pone de manifiesto el momento en que se cruza el umbral del infierno se debe abandonar el deseo de salir de allí. Pero quizás más interesante es lo que ocurre justo antes de que esto ocurra: y es que cerca se encuentra el río Lethe, que es el río del Olvido: curiosamente, este río ha sido “localizado” en España en dos localizaciones, una es la más conocida, el río Limia en Galicia, pero otra, no tan conocida pero que tiene una toponimia más sugerente está cerca de donde vivo, es el río Guadalete, que está formado por el prefijo río en árabe y el nombre “lete” curiosamente el mismo nombre que el río del olvido:


Pero, ¿por qué estamos tratando este hecho?, precisamente porque tenemos que hablar del olvido, por lo tanto de la memoria y de la misma manera de la conciencia. El grandísimo Dr. Joaquín M. Fuster, Doctor en Medicina, profesor distinguido de neurociencia cognitiva en el Instituto de Investigaciones Cerebrales y el Instituto Semel de Neurociencia y Conducta Humana de la Universidad de California, afirma que la corteza cerebral no es más que un almacén de recuerdos en sus libros Memory in the Cerebral Cortex, Cortex and Mind y The Prefrontal Cortex. Y aquí es dónde empezamos con los problemas y la “superficie deslizante” de la conciencia:

Y la pregunta es la siguiente: ¿forma parte de la conciencia la memoria que tenemos cada uno?: primero deberíamos aclarar a qué tipo de memoria nos estamos refiriendo, y es que aunque no lo sepamos tenemos muchos tipos de memoria: la primera gran división es la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo: ya saben, el famoso “¿dónde habré puesto las llaves?”. Pero además la memoria a largo plazo también tiene varias subdivisiones: la memoria a largo plazo es la que se mantiene a lo largo de la vida, mientras que la de corto plazo se encarga de funciones como el entendimiento de frases, el aprendizaje, las operaciones mentales de aritmética, razonamiento o las soluciones a los problemas de planificación.

Por otra parte, la memoria a largo plazo a su vez se puede dividir en memoria accesible (o declarativa o explícita) y memoria inaccesible (o implícita). Pero aún no hemos acabado: la memoria declarativa a su vez se divide en memoria semántica y episódica: la memoria semántica se encarga del conocimiento del mundo y no tiene ningún lazo con el tiempo y el contexto: por ejemplo, saber lo que es un martillo. Por otra parte, la memoria episódica se relaciona con los acontecimientos en una dimensión témporo-espacial, es nuestra autobiografía: por decirlo de alguna manera, la memoria episódica es la que veríamos justo en el momento de la revisión vital que a veces se describe en los fenómenos de las experiencias cercanas a la muerte (ECMs).


Pero queda otro tipo de memoria, la que ese relaciona con cierto comportamiento, como puede ser montar en bicicleta, o tocar un instrumento, que se hace de manera inconsciente, que se activa ante un estímulo, y que contiene información para realizar esas acciones. Es además la que se asocia a ciertas acciones automáticas, a la que denominamos memoria inaccesible, procesal o implícita, ya que no tenemos un acceso consciente a la misma (atención a la clave). Para ponerlo más claro, en la imagen tienen un pequeño esquema.

"Ataquemos" el problema que hemos planteado al principio: ahora que tiene delante de sí todos los tipos de memoria, ¿cuál cree que forma parte de la conciencia?: podemos descartar la memoria a corto plazo, porque está relacionada con procesos de aprendizaje sobre todo. Así que tenemos que quedarnos con la memoria a largo plazo; pero de todas las que ya conoce, ¿cuál le parece que formaría parte de la conciencia?. Si revisa casos en los que las personas dicen estar en contacto con un supuesto espíritu, siempre recuerda quién es, qué fue de su vida, y que le queda quizás algo pendiente por hacer: eso nos cuadra con la memoria declarativa episódica, que además es la que hemos dicho que suele referirse como la famosa revisión vital de ciertos fenómenos asociados a las ECMs, y que hace poco también fue supuestamente puesta en evidencia en algunos estudios.


Pero de nuevo parece ser que esa conciencia para poder “trascender” (si usted prefiere esa palabra) necesita “desprenderse” de la memoria episódica, de la memoria autobiográfica: entonces, ¿puede que el factor que forma parte de la conciencia sea la memoria episódica?. Y si es así, y recordando lo que hemos mencionado anteriormente y lo que conocemos de la memoria, si esos espíritus recuerdan su “vida”, ¿tiene en cierta manera la memoria episódica una localización no física?. Bueno, espero que les haya gustado un poco este tema, y sobre todo, que les haya servido para que se graben en la memoria que lo que me gusta es la conciencia.









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