De puertas para adentro

 De puertas para adentro



Hace algún tiempo que vengo describiendo la idea que tengo sobre cómo se produce la integración de la información que da lugar a los fenómenos que podríamos denominar anómalos. Pero creo que ha llegado el momento de comentar algo que quizá no haya quedado totalmente claro. Hasta ahora, cuando se ha intentado analizar la presencia de los fenómenos anómalos de cualquier tipo, casi siempre se ha observado el fenómeno en sí, más que a los testigos o a la persona que sufría el fenómeno en sus propias carnes. Se han hecho y escrito mucho sobre si se registra o no, si aparece o no, etc. De manera habitual se ha discutido sobre la “realidad” o “existencia” del fenómeno. Lo que me he permitido es darle la vuelta a la pregunta: ¿qué es lo único sobre lo que no podemos negar la realidad en un fenómeno anómalo?

Pues para mí la respuesta es simple: o único que es indiscutiblemente real en un fenómeno anómalo es el testigo: por lo que decidí pensar sobre el testigo, y sobre todo: ¿cómo nos hacemos conscientes de lo que nos rodea?. Al analizar las vías de integración sensorial me di cuenta de que realmente de lo que estaba hablando era de la conciencia, y que por lo tanto, lo que tenía que pensar es ¿ cómo podría explicar que ciertas personas fueran capaces de ser conscientes de fenómenos que para otras que incluso las acompañan pasan inadvertidas?.

Así que jugando con “cierta ventaja” ya que soy médico (no sé si lo sabían), me puse a repasar la neurología y vi que había un curioso efecto que a veces ocurría: algunos sentidos eran capaces de recoger datos para los que no estaban preparados: un ejemplo serían los fosfenos y otro la sinestesia: así que pensé que quizás algunos sentidos recogerían datos de  manera no clásica, provocando una especie de fenómeno de integración anómala de la información, y al que denominé psi-nestesia, de manera análoga a la sinestesia sensorial 

Pero entonces no hace mucho empecé a pensar que a veces había ciertos fenómenos que parecían independientes de los órganos de los sentidos: así que pensé que quizá podrían usar otro sistema de transmisión de datos que no fueran los órganos de los sentidos, y llegué al concepto de la importancia del nervio vago o décimo par craneal: el por qué de esta elección es porque se origina en el encéfalo y sus núcleos interaccionan también con otros centros como el tálamo, hipotálamo e incluso la corteza, por lo que podría ser posible cierta integración anómala de los datos que transmite.

A este punto, se unió otro pensamiento: el mismo nervio es muy extenso, y de la misma manera que ocurre con los cables de televisión analógica, el mismo nervio que es transmisor se podría convertir de alguna manera en “receptor” anómalo de ciertas señales , por lo que terminaría además añadiendo cierta información que podría ser análoga a la que se oye como ruido de fondo en la radio o en la televisión analógica cuando ésta está desintonizada: de la misma manera que se recoge el eco del Big Bang, ¿por qué no podría el nervio recoger señales de algún tipo que otros sensores no recogen?:

De esta manera, tendríamos 3 vías que podrían contribuir al fenómeno de la integración anómala de la percepción: por una parte el hecho de las señales “sinestésicas” de órganos de los sentidos, por otra, la integración anómala de datos recogidos por el nervio vago en centros de integración superiores del sistema nervioso central, y por último, la integración de datos recogidos de manera anómala por parte de estructuras cuya misión principal no es la recogida de datos, sino su transmisión. Y cada una de estas formas no son independientes, sino que pueden relacionarse entre sí.

Y para acabar, que es lo que quería decir, es que lo que no analizo es el fenómeno en sí: no puedo estar seguro de si lo que provoca esta integración anómala de la información es un fenómeno externo, interno, o quizás un compendio de los dos tipos: lo que sí permite esta idea (hipótesis si le quieren llamar así) es que permite diseñar modelos experimentales que la pongan a prueba. Espero que les haya gustado y no aburrido, y hasta la próxima.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Un salto evolutivo

La ptosis paranormal

El primer contacto