El Elegido
El elegido
Una de las cuestiones que nos asaltan al analizar los fenómenos anómalos en sí mismos es si las capacidades que podríamos denominar Psi, como la precognición o incluso la mediumnidad, están sujetas también al hecho de la ley de la selección natural, recordemos que es la que dice que sólo los sujetos mejor adaptados al medio sobreviven. Aunque tengo mi opinión sobre este tema en el caso humano, este tema si se analiza con detenimiento puede dar lugar a una conclusión sorprendente, y es ésta: las capacidades Psi han ayudado a la supervivencia del ser humano. ¿Quieren saber cómo?
Tenemos que irnos bastante atrás en el tiempo: cuando nuestros antepasados todavía dependían de la caza y por lo tanto tenían una vida nómada. Dependían de manera extraordinaria de los recursos naturales y de hecho, la relación con ellos incluso quedaba plasmada mediante los famosos dibujos y restos que aparecen en diversas cavernas de todo el mundo: es el famoso arte rupestre. Hay cierto consenso en afirmar que estas imágenes tenían cierto cariz representativo, hasta cierto punto votivas, es decir, expresaban el deseo de tener por ejemplo una buena caza.
Pero, ¿y si tuvieran otro sentido?: siempre se ha pensado que en estos grupos sociales primitivos existía una especie de chamán que era el encargado de la conexión con el mundo espiritual, ya sea con ayuda de ciertas sustancias o sin ellas. Pero, si miramos estos dibujos con atención, lo mismo que pueden representar escenas vistas por algún individuo en el pasado, ¿quién nos dice que no podrían representar escenas que ocurrirían en un futuro?: sería como una especie de “escritura automática” prehistórica, realizada evidentemente por un individuo dotado con capacidades Psi.
¿Y qué influencia tendrían?: pues imagine lo que es conocer de antemano dónde se encuentran las mejores manadas para cazar, o dónde están los carnívoros para evitarlos y así sobrevivir, o saber cuáles son los momentos más propicios para cazar. Aquellos grupos que tuvieran un dotado más “dotado” tendrían mejor acceso a la comida, y con ello, aumentarían la posibilidad de la supervivencia de ese grupo, por simple ley natural, su material genético se transmitiría más fácilmente a la generación posterior que los que no tuvieran estos dotados de primer grado, por denominarlos de alguna manera.
Pero habría un precio a pagar, y este precio parece ser que sería la predisposición de los individuos dotados a tener ciertos trastornos a nivel mental: recordemos que por ejemplo la ansiedad, el mal de nuestra época, no es más que el hecho de “adelantarnos” en el tiempo ante cierta situación y prever sus consecuencias, que en cierta manera nos genera un estado de hipervigilancia y de nerviosismo: es como si hubiéramos aprendido a hacer lo que hacía el chaman pero sin su “don”. No vemos el futuro, sino que creemos verlo. Todo tiene su precio.
Así que parece ser que como su propio nombre indica, en la prehistoria nada está escrito, y todo es objeto de especulación, ¿por qué no iban a tener un lugar en la misma y en el desarrollo de la especie humana los fenómenos anómalos?; ¿no son acaso parte de nuestra propia existencia de una manera o de otra?. Espero que les haya gustado y hasta la próxima.
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