El Haarp humano

 El Haarp Humano


El verano lentamente va llegando a su fin, al menos en estas parte del mundo, y lentamente todo va volviendo a la normalidad; ha sido un verano un tanto extraño incluso en el tiempo. Y precisamente estaba pensando en este verano que se ha cerrado con un curioso terremoto (cerca de donde vivo, hoy que es 26 de Agosto de 2024) y me ha hecho pensar en esa capacidad que tienen algunos seres vivos de "presentir" ciertos sucesos, y ahora les paso a explicar la idea que he tenido. Y para eso lo primero es comentar de una de las conspiraciones más clásicas (aunque últimamente bastante abandonada) que existen, y es el famoso proyecto HAARP.

El proyecto HAARP o High Frequency Active Auroral Research Program tenía como objetivo el estudio de las propiedades de la ionosfera a fin de desarrollar y mejorar la tecnología que usa en la transmisión de radiocomunicaciones y su uso en los sistemas de vigilancia estratégica, mediante por ejemplo la detección de misiles. Lo que nos interesa es su principal instrumento, y si tienen paciencia, verán qué relación tiene con la conciencia. Este instrumento se denomina Instrumento de Investigación Ionosférica (IRI). Es un potente radiotransmisor que es capaz de alterar las propiedades electromagnéticas de cierta parte de la ionosfera.

Lo que quiero es que se fijen no en las funciones del IRI, sino en su estructura; si la miramos con atención, no es más que una gigantesca red de cables. Y justamente aquí es donde yo quería llegar: porque me gustaría usar esta analogía sobre cables y “trasladarla” al cuerpo humano. Pero como siempre, antes de entrar en materia, es importante dejar claro que todo lo que lean a partir de ahora no es más que...


Tal como todos hemos comprobado alguna vez, los cables por su estructura pueden convertirse por sí solos en antenas receptoras de ciertos tipos de ondas, ya sean de radio o de televisión. Puede que ciertas personas tuvieran la capacidad de actuar como “antenas”: pero la pregunta es, ¿cómo lograrían conseguir este efecto?: bueno, pues aquí va mi idea, y la idea va de la mano de un nervio de los llamados pares craneales, que se llaman así porque nacen del Sistema Nervioso Central, para ser exacto me refiero al décimo par craneal, o nervio vago:

¿Y por qué este nervio precisamente?; bueno, desarrollaré este punto en otras entradas, pero a grandes rasgos, lo que hace que este nervio sea tan especial es que es uno de los nervios más largos y ampliamente distribuidos por el cuerpo humano, regulando todo el sistema parasimpático; segundo porque el 80% de sus ramas son aferentes, es decir, que van desde la periferia al sistema nervioso central; tercero porque en su origen termina relacionándose con estructuras más “nobles” del sistema nervioso central, como la zona hipocampal, sistema límbico e incluso la corteza cerebral. Y por último, porque si lo asimilamos a un cable, estaría recogiendo información tanto del interior del cuerpo como del exterior: es decir, podríamos decir que el nervio vago (entre otros) hace que seamos una antena andante.


Si me lo permiten, para mí, el IRI humano sería el nervio vago, el instrumento por el que somos capaces de recoger datos de manera anómala y que estos viajen a los centros de integración de la información: pero esa parte la dejamos para entradas posteriores, porque la idea es armar toda la hipótesis y que poco a poco me permita desarrollar un posible modelo experimental para intentar probar o desechar esta teoría. Gracias si se ha tomado la molestia de llegar hasta aquí y hasta la próxima. 



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