La noche oscura del alma
La noche oscura del alma
En una noche oscura
con ansias en amores inflamada
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada
No vamos a entrar en el concepto puro de los éxtasis místicos, y su posible relación con las famosas epilepsias del lóbulo temporal, pero hay algo que sí me interesa mucho y es el relacionar estas vías con las posibles hipótesis de la conciencia, y podemos ver cuál es la que mejor puede explicar el proceso místico: podemos comenzar con la hipótesis materialista de la conciencia, la que dice que la conciencia no es más que un producto de la actividad cerebral: en este caso, como decíamos, puede que la explicación a los éxtasis místicos se deban a las sensaciones de tipo religioso que ocurren con ciertos tipos de epilepsias que afectan sobre todo al lóbulo temporal. De hecho, es esta característica en la que se basa el denominado “casco de Dios” para simular estar en presencia de una deidad.
Pero el problema que se me plantea en este sentido es que las experiencias místicas son mucho más ricas y elaboradas que lo obtenido por este dispositivo; además, este proceso biológico no podría explicar ciertas características que tienen estos “viajes místicos”, donde se es capaz de predecir el futuro o ver cosas en la distancia (no hablamos de las famosas bilocaciones, con el ejemplo de la Dama de Azul como exponente máximo o el caso de San Martín de Porres, Fray Escoba).
La hipótesis idealista de la conciencia aunque inicialmente podría parecer que explicaría de manera correcta estos fenómenos, en mi opinión tiene el problema de las fases que sigue este proceso: si tal como dice la hipótesis nuestra conciencia crea la realidad (no la interpreta, o la moldea, sino que la crea), entonces no tendría demasiado sentido ese momento “abandono” del alma del cuerpo material, porque en sí el cuerpo no es más que el envoltorio de la conciencia, las fases deberían estar invertidas, es decir, que la experiencia mística en sí debería ser la integración o la creación de la realidad por parte de la conciencia.
Así que, en mi opinión, sólo nos queda una hipótesis que pueda explicar de manera fehaciente el proceso de éxtasis místico, que si lo analizan de manera aséptica no es más que una experiencia extracorpórea: y es la hipótesis dualista de la conciencia: recordemos que básicamente en esta hipótesis se postula que la conciencia se “deposita” en nuestro cuerpo, y por lo tanto, puede existir alguna manera de romper esta unión, aunque sea de manera temporal, y que dé lugar a una experiencia consciente de la experiencia.
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