La ptosis paranormal

 La ptosis paranormal



Hola a todos y bienvenidos:


Puede que uno de los debates que más pasiones levantan dentro de la epistemología (que es la teoría de los métodos y fundamentos de una investigación) en este caso paranormal, es la eterna cuestión de si es mejor la investigación de campo o la de laboratorio. Estoy seguro que habrán oído expresiones como “investigador de salón”, “rata de laboratorio” o “Indiana Jones” del misterio. Y como a veces es bueno meterse en algún que otro berenjenal, voy a darles hoy mi opinión sobre el tema. Pero para ellos les voy a contar una curiosa historia que tiene como base algo pasó en el campo de la medicina con el advenimiento de las técnicas de radiodiagnósticos, y me refiero al problema de las ptosis de órganos internos.


El concepto de ptosis en medicina es la localización anómala de un órgano dentro de la anatomía del ser humano. El ejemplo más clásico es el de la ptosis renal, donde uno de los riñones o en algunas ocasiones ambos se encuentran descendidos (de manera normal) con respecto a la posición que deberían tener. Otro de los ejemplos más clásicos es el de la ptosis palpebral, que es cuando uno de los párpados se encuentra más cerrado que el otro, dando lugar a una “mirada característica”. Pero entonces ocurrió un gran avance de la medicina, y es la aparición de los rayos X y su aplicación en medicina, que tuvo su auge durante la Primera Guerra Mundial.


La realización de radiografías puso de manifiesto un terrible evento: la presencia de ptosis de varios órganos era muy generalizada, tanto que se produjeron innumerables intervenciones quirúrgicas para “poner en su sitio” a todos los órganos desplazados, desde riñones, a pulmones, etc. Fue un verdadero shock para todos los médicos, pero el problema es que esto “tenía trampa”...

El caso curioso es que este era un problema “falso”: y era un problema que seguro que les sorprenderá: la anatomía humana clásicamente se revisaba o bien en cadáveres o bien con el paciente en decúbito supino, es decir, acostado. Esto hacía que los órganos tuvieran una posición diferente que cuando la persona estaba de pie. Como muchas de las radiografías se hacían con el paciente de pie, los órganos por descendían ligeramente por acción de la gravedad, resultando como es de esperar que la localización “real” de los órganos difería notablemente de la que se había estudiado como correcta. Es decir, se hicieron múltiples intervenciones quirúrgicas sobre una patología que realmente nunca existió.


Pero estoy seguro que se estarán preguntando, ¿qué tiene que ver esto con el tema que nos ocupa?, y con esto me refiero a la supuesta dicotomía entre investigador de campo e investigador de laboratorio. Pues voy a intentar explicarla: desde siempre, se ha tenido como más “seria” y “académica” la investigación de laboratorio (o como se dice en el ámbito donde me muevo, “in vitro”), pero tal como hemos visto en el ejemplo anterior, la investigación de los anatomistas sobre la localización de los órganos llevó a uno de los mayores errores comunes de la historia de la medicina, y que nos hizo reflexionar sobre cómo debe ser la investigación en las ciencias que engloban a la persona.


La investigación de los fenómenos paranormales engloba a seres vivos, y en una amplia mayoría de las mismas a seres humanos. Y a veces la investigación enfrenta a dilemas éticos que son de muy difícil solución; modelos experimentales que se nos antojan desde el punto de vista lógico y formal como de muy sencilla solución, se enfrentan a dilemas éticos que a veces los hacen impracticables: por ejemplo, actualmente no sabemos si las radiaciones del espectro electromagnético tiene influencia o no sobre las gestantes: el modelo experimental es sencillo: seleccionamos una muestra de mujeres embarazadas y a un grupo las exponemos a radiaciones electromagnéticas y a otro no. ¿Es un buen modelo verdad?...pero, ¿es ético realizarlo?, creo que la respuesta es obvia.


Pero aún tenemos otro tema más interesante, que es el de la reproductibilidad de los fenómenos que es una de las bases del estudio de laboratorio. De nada sirve que seamos muy escrupulosos con la muestra en la que hacemos nuestro estudio, que extrememos la calibración de los aparatos de medida usados y que diseñemos un análisis de datos conciso y clarificador si el fenómeno que se estudia no es reproducible. Y si me lo permiten, les voy a presentar al Dr. Walter Von Lucadou:

Von Lucadou estudió física y psicología en la Universidad Albert Ludwig de Friburgo y en la Universidad Libre de Berlín . Tras licenciarse en física, se doctoró en la Universidad de Friburgo. rer. nat. y en la Universidad Libre de Berlín para el Dr. phil. doctorado. De 1977 a 1978, von Lucadou trabajó como físico en el Instituto Kiepenheuer de Física Solar de Friburgo. De 1985 a 1987 fue profesor invitado en el Laboratorio de Parapsicología de la Universidad de Utrecht. Influenciado por el escrito Parapsicología - La ciencia de las apariencias ocultas de Hans Driesch y su maestro Hans Bender , inició un proyecto de investigación que se desarrolló desde septiembre de 1979 hasta abril de 1985 en la Cátedra de Psicología y Áreas Fronterizas de la Psicología en el Instituto de Psicología de la Se llevó a cabo la Universidad Albert Ludwig de Friburgo . En 1986 se doctoró en psicología en la Universidad Libre de Berlín. En 1989, Lucadou fundó en Friburgo el centro de asesoramiento parapsicológico de la Sociedad Científica para el Fomento de la Parapsicología , que dirige desde entonces. Y ¿por qué es importante este señor?, pues por la teoría que defiende con respecto a los fenómenos paranormales. Y es su Modelo de Información Pragmática.

Hoy en día muchas de las hipótesis de la conciencia se basan en fenómenos cuánticos, y habría que reconocer que puede que el primer investigador que usó la hipótesis cuántica para la explicación de los fenómenos paranormales fue el Dr. Lucadou. Básicamente podemos decir que este modelo explica que los fenómenos paranormales ocurren por la “indecisión” y “falta de información” sobre el mismo, de tal manera que a medida que la información sobre un fenómeno anómalo determinado va aumentando, éste disminuye tanto en frecuencia como en intensidad.

Como ejemplo, el Dr. Lucadou afirmaba que si queríamos hacer que un determinado efecto poltergeist desapareciera, era preciso darle “luz y taquígrafos”: esta idea explicaría por ejemplo por qué las sesiones espiritas funcionan mejor a oscuras. Pero a su vez nos da una consecuencia sobre los estudios de laboratorio: cuánto más queramos estudiar un fenómeno y lo analicemos con mayores medios, éste se hará más elusivo, es decir, será más difícil su replicación. Entonces, si el Dr. Lucadou tiene razón, ¿se podría estudiar los fenómenos anómalos en un entorno con condiciones controladas?, es decir, ¿podremos cazar a la liebre si no entra en la trampa?.

Por lo tanto, y volviendo al origen de esta entrada, ¿hay una investigación mejor que otra?, ¿estamos condenados a no poder estudiar en condiciones controladas (de laboratorio) los fenómenos anómalos?. Bueno, no desesperen, para eso aparece en el horizonte nuestro héroe salvador, nuestro Gandalf particular que puede ayudarnos y que lo hace en todas las ciencias que engloban al ser humano. Nos referimos a los estudios cuasi-experimentales. Pero eso, amigo mío, es otra historia, que espero contar dentro de poco. Espero que les haya gustado esta entrada y hasta la próxima.


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