Música para fuegos artificiales

 Música para fuegos artificiales



No hace mucho tiempo, en mi trabajo he tenido que limitar el trabajo de un compañero de mi empresa porque tenía riesgo de altura por ser epiléptico: la razón es porque mientras que no esté libre de convulsiones durante al menos 1 año y controlado no puedo dejar que ponga en riesgo su vida y la de sus compañeros si tiene una crisis. Pero este hecho curiosamente me ha hecho pensar ¿a que no adivinan en qué?, pues sí, en la conciencia y sobre todo en cierto conjunto de hipótesis sobre la misma que afirman que la actividad neuronal crea la conciencia…pero tenemos el problema de la epilepsia.

Aunque hay varios tipos de epilepsia, para simplificar este argumento voy a centrarme en la llamada epilepsia mayor o “Grand Mal” (en francés) que es la idea que tenemos de la epilepsia en general. Clásicamente se caracteriza por ser una descarga incontrolada de las neuronas en forma de una onda de activación de todo (en este caso sí, todo) el tejido noble cerebral: este hecho provoca la aparición de pérdida de consciencia, convulsiones tónico clónicas y arreactividad a los estímulos externos: aquéllos que han presenciado un ataque realmente no lo olvidan nunca.


Uno de los aspectos que más desconciertan a las personas que padecen esta enfermedad es que tras la crisis no conservan ningún recuerdo de la misma, lo que unido a ciertas características que son desagradables (como la relajación de esfínteres), marca a la persona con cierto estigma social: no digamos ya en tiempos pretéritos, cuando esta enfermedad, dependiendo de su clase social, podía significar ser un gran hombre (como en el caso de César) o estar endemoniado (si le tocaba a usted ser un humilde siervo de la gleba). Hasta aquí todo claro, espero...


Como he comentado, no me voy a meter en por qué y cómo alguien convulsiona, pero lo único que quiero que recuerden es que se debe a una estimulación generalizada de las neuronas de nuestro cerebro. Podríamos decir que nuestro cerebro se enciende como un árbol de navidad o si lo prefieren, comienza a lanzar fuegos artificiales: no hay neurona que no se estimule y descargue toda su acción: es decir, podemos decir que cuando estamos ante una crisis, el 100% del cerebro está siendo usado, pero, ¿por qué no tenemos conciencia ni recuerdos?, ¿por qué no somos más “inteligentes?

La neurociencia es un misterio por desvelar, y el de la conciencia aún más: quizá la clave no está en la función neuronal, sino en la manera que tiene de relacionarse unas con otras, y en las vías que se activan de manera específica en cada acción que realizamos: quizá la conciencia, y todo lo que la acompaña,  la consciencia, memoria, capacidad de aprendizaje y reacción a los estímulos externos, aparezca sólo cuando ciertas neuronas se estimulan en un orden o secuencia determinada: es como una orquesta: no es lo mismo que cada instrumento vaya por su lado que toquen de manera coordinada.

De esta manera las hipótesis de la conciencia que responsabilizan a la función neuronal pura y dura la aparición de la conciencia: la existencia de la epilepsia pone en jaque esta idea, y permite introducir otra variable: la coordinación neuronal en forma de vías de integración. Por ahora lo dejo aquí, aunque les aseguro que volveremos otra vez a este punto, porque ¿y si no todas las crisis epilépticas tuvieran ausencia de conciencia?...Espero que les haya gustado y hasta la próxima.



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