Una red wi-fi natural
Una red Wi-Fi natural
No hace mucho apareció una noticia que quizá vuelva a ser un revulsivo en las posibles implicaciones que presenta, y creo que cuando la desgranemos verán por qué. En mi opinión desde siempre ha habido un cierto detalle sobre si la conciencia (y los pensamientos asociados a ella) necesitan una base física o biológica: en este sentido, teníamos el sagrado dogma de la neurología: la sinapsis y la transmisión del impulso nervioso. Y puede que este sacrosanto dogma vaya a saltar por los aires.
En este artículo se nos habla de que ciertos seres vivos, para ser exactos unos gusanos llamados Caenorhabditis elegans, que contienen 302 neuronas, tienen una curiosa capacidad. Resulta que además del intercambio de los neuromoduladores a través de la membrana de las neuronas en las sinapsis, tienen cierta capacidad de transmisión de la información a través de lo que denominaríamos una “wi fi neuronal”. Y esto puede tener unas implicaciones enormes en la conciencia y su estudio.
No sé si se dan cuenta de lo que este estudio supone si se confirman sus resultados: voy a explicar poco a poco cada una de las implicaciones: en primer lugar creo que todos hemos pensado en una clara: la telepatía: si efectivamente existe una red wi fi neuronal, que además activa a redes neuronales similares en otros individuos ajenos al inicial, puede ser el primer mecanismo biológico que realmente pudiera explicar el fenómeno de la transmisión de pensamiento, y como hemos dicho, de una manera científica y “replicable”.
Pero no es sólo aquí donde impacta este hecho: otro de los puntos es que vendría a apoyar la idea que basa la conciencia en la transmisión de información, por lo que estaríamos en cierta manera apoyando las teorías de la conciencia basadas en la misma: otro punto sería determinar la naturaleza de este campo “wi fi”, aunque todo nos lleva a pensar que sería un campo de características electromagnéticas: si es así, nos encontramos con un campo que sería “local”, es decir, intercambiaría algún tipo de partícula, a la que denominaríamos partícula de la conciencia (¿quizás gnosotrón?).
Pero podríamos ir un poco más allá: si al fin este punto se confirmara (sobre todo para sistemas nerviosos complejos, con “algunas neuronas más” de 300) nos plantearía la posibilidad de que existiera efectivamente un “campo gnósico” o si quieren, la famosa “noosfera” que sería el resultado de todos esos campos generados por la actividad neuronal y que podría funcionar como un reservorio de “conciencias” o como una “conciencia individual”. Como pueden ver las implicaciones son muy profundas.
De nuevo, con mucha prudencia, porque todavía no está replicada y sobre todo demostrada en lo que podríamos denominar seres con conciencia, si se fijan se abre un mundo infinito de posibilidades: les dejo que piensen la suya mientras que yo le doy vueltas a las mías: espero que les haya sorprendido como a mí y hasta la próxima .
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