Hay una gran perturbación en la fuerza...

 Hay una gran perturbación en la fuerza...



El día de ayer dejábamos al final de una de las entradas en las que hablábamos de la llamada campana de silencio una pregunta que realmente eran dos. Si quiere ponerse al día con respecto al tema que se trato le recomiendo que repase el contenido de esta entrada (Le silence de la mer). Como comentaba, al final de ese pequeño artículo realizaba una pregunta que se dividía en dos partes: ¿qué significa realmente ciertas alteraciones (en este caso, la denominada campana de silencio) con respecto al fenómeno en sí?. Y para poder explicar mi idea, voy a recordar otro hito de la vida de todos aquéllos que ya peinamos alguna que otra cana, y es Star Wars (o como nosotros la conocimos, La Guerra de las Galaxias). Estoy más que seguro que todos conocen el famoso concepto de la fuerza, y siempre recordaré una de sus frases icónicas que todos creo que tenemos en la cabeza y que incluso se ha transformado en un meme:




Pero como siempre, antes de empezar, me gusta dejar claro que a partir de ahora lo que leerá es simplemente una opinión, ni siquiera llega al rango de hipótesis (al menos todavía) pero pretende ser un modelo que intenta explicar o responder de alguna manera a la pregunta con la que cerrábamos el artículo anterior; así que si me lo permiten…

Lo primero que tenemos que aclarar es que cada una de las opciones que decíamos que podían ser esa alteración da lugar a un camino diferente, que voy a intentar explicar de manera clara. Si les parece, vamos a seguir cada una de esas suposiciones y vemos las implicaciones que supone. En mi opinión (recuerden el dibujo), cada una de las opciones tiene un sentido claro y que los diferencia: en el caso de que aceptáramos que esta campana de silencio es el emisario del fenómeno, tendríamos que aceptar que éste aún no está presente, y por lo tanto, estaríamos ante un proceso de precognición.


  1. La campana de silencio como precursora del fenómeno: en este caso, tal como hemos comentado, estaríamos ante lo que podríamos denominar un proceso de precognición, y por lo tanto, con todas las premisas y precauciones que este supuesto hecho tiene. Lo que sí sería claro es que la campana de silencio tendría un origen unido a la conciencia del testigo, y por lo tanto, estaría unido a la capacidad de anticipar un suceso que va a ocurrir en un determinado momento. No voy a entrar de manera profunda en cómo se podría dar este tipo de suceso (precognición), pero lo que podríamos decir es que somos capaces de adelantarnos a la línea de tiempo. Aunque hay un hecho nuclear que es lo básico en este modelo: el suceso paranormal no ha sucedido aún, no está presente. Y por favor quiero que se queden con esta frase: no ha sucedido.
  2. La siguiente opción es la de tomar la campana de silencio no como una precursora del fenómeno, sino como parte del mismo, y en ese caso estaríamos ante un problema de integración de la información, y éste es el segundo caso: La campana de silencio como parte del fenómeno anómalo. Si tiene todavía en mente lo que hablábamos anteriormente, en este caso tenemos una diferencia básica con el modelo anterior: en este caso, el fenómeno anómalo sí está presente, pero curiosamente no somos conscientes de su “anomalía” hasta más tarde. ¿Y qué significa este hecho?, voy a intentar explicarlo. Imagine que está en un maravilloso día de verano, en su lugar favorito, tomando el sol y con una bebida en la mano. Justo entonces oye el rugido de un avión, que suena sordo y en la lejanía: intenta localizarlo mirando hacia el lugar donde viene el ruido, y finalmente localizamos (vemos) a la pequeña figura del avión en la lejanía. En este caso el ruido ha funcionado como emisario del fenómeno que posteriormente hemos visto (el avión). Ahora imaginemos que el fenómeno anómalo produjera una especie de señal que a diferencia de otras no puede ser recogida por los órganos que normalmente tenemos para poder recoger esas señales (los órganos de los sentidos). Estos datos serían diferentes, anómalos tanto en su origen, como en su manera de ser recogidos e incluso (quién sabe) hasta en la manera a la que llegan a los centros de integración de información que tenemos en nuestro sistema nervioso central. El caso es que en este modelo de origen de la denominada campana de silencio, lo anómalo sí está presente. Y quizás esa sea la diferencia fundamental.

Si usted me pregunta qué opción es mi preferida, le diría que la segunda, porque además me permite construir una hipótesis que pueda ser comprobada. Pero como siempre, eso lo dejamos para el siguiente artículo. Si ha llegado hasta aquí gracias por su atención y como siempre, siéntase libre de opinar y debatir, porque así aprendemos todos, y sobre todo yo.



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